Confinados en la inmensidad
Irredenta, horrible en su quietud,
Exiliados de la beatitud
Bajo un cosmos mudo y glacial...
Danzan al son de un concierto brutal,
Al son de preces y un sordo gritar;
Apasionada transfiguración,
Íntima orgía de burda piedad.
Los decapita el sueño heredado,
Es el danzar de los decapitados.
Macabra su sensualidad;
Espinas para rubricar
Su torpe, mesiánico amar.
Condenados así a transitar
Laberínticas sendas de aflicción,
Cada cual ofrece el corazón,
Sucio de una inmunda bondad...
Danzan al son de un concierto brutal,
Danzan en su procesión sepulcral;
Apasionada transfiguración,
Mustios bufones que adoran penar.
Los decapita el sueño heredado,
Es el danzar de los decapitados.
Conciente visión irreal;
Ardides para sublimar
Sus ratos de serenidad. |