Son momentos extraños
para amar y sentir,
estamos perdidos en manos de locos
que nos llevan al fin
entre guerras absurdas,
perfectas excusas de gentes sin alma.
Sin más ley que las armas.
Nos rodean mentiras
disfrazadas de fe
mientras falsos profetas engañan al mundo
y nos hacen creer
que no existe un futuro cerrando entre muros
a los que se alzan
sin miedo a perder,
sin miedo a caer,
sin miedo a escapar,
sin miedo a pelear.
Es el signo de los tiempos
que nos toca vivir,
debemos resistir.
Es el signo de los tiempos,
quiero y puedo gritar,
no me iré sin luchar.
Han cambiado las reglas,
y somos marionetas que están,
viviendo deprisa, sin tiempo a soñar.
Ignoramos las reglas, no pedimos perdón,
ciegos y esclavos de nuestra ambición,
de nuestra obsesión,
de nuestra codicia,
de nuestra avaricia. |