Sin compasión
corazón que sufrió amando.
Triste final,
donde están hoy los sentimientos
que creíste eternos y ahora ves
que un adiós duele más que una traición.
Continuar,
noches llenas de ansiedad.
Y al despertar rostro triste, cuerpo sin alma
y ser esclavo de un anochecer,
de abrazar en silencio la soledad.
Miro atrás, mis recuerdos
me gritan tu nombre, me hunden aún más,
me impiden volver a soñar.
Dónde están tantos sueños
que me guardé, nunca te quise dar,
mueren conmigo en mi triste final.
Sueles gritar
contra el viento y esperar
que en tu latir
las campanas suenen con fuerza
y ver las hojas otra vez nacer
y escuchar susurros de felicidad.
Quizás algún día
la mar devolverá
la sal de tus lágrimas
y al alba reirás
Esbozando una sonrisa
tus heridas partirán
en busca de un sueño
al que despertar. |