Me envió un poema
florecido de inviernos.
Lo leí entre surcos de cedros
ahí, en rocío y silencios.
Murío un poema
puro de tristeza
desprovisto de sueños
ensangrentado y atemporal.
Yo, yo lo encontré
bajo el llanto
caminando escarchas
nos dijimos lágrimas.
Yo, soñando un hado de alegrías
y tú, el viento
que va desprovisto de fronteras
trepando hacia los rencores
donde el silencio habla.
Nació un poema muerto
de tanto enterrar familia.
Y de velorios aprendí
a caminar en barro.
Y la vida
y tú
tú, vive
pero en tu infancia
que me perdura
me perdura de lejos
eres el sauce y la cancha.
Recuerdas,
recuerdas cuando la inocencia
se hizo sollozo en la melodía?
Recuerdas?
Es el llanto amargo de la lluvia
que mató la alegría. |